Piense en el cuerpo humano como un jardín botánico: evolutivo, orgánico y adaptable, en el que cada ecosistema y cada célula influyen en todos los demás.
Sabemos que nuestra mente, cuerpo, sistema inmunitario e intestino están íntimamente conectados. También sabemos que los factores externos desempeñan un papel crucial en nuestro bienestar general. Lo que debemos hacer es observar el cuerpo como una intrincada obra de arte y tratarlo como tal. Esto se llama bienestar.
El bienestar debe cultivarse y desarrollarse continuamente a lo largo de nuestra vida, para que pueda mejorar la capacidad de autorregulación de nuestro cuerpo. Un espíritu sano y nutrido fomenta la sensación de estar vivo. Cuando nos sentimos vivos, emanamos energía y vitalidad y mantenemos una sensación de propósito y entusiasmo. Como resultado, nos sentimos alegres, pacíficos, tranquilos y felices incluso cuando estamos solos.
Hay muchos principios holísticos que pueden enriquecer nuestra vida. Por ejemplo, la meditación puede ayudarnos a aumentar de forma natural nuestros niveles de dopamina, ayudarnos a reconectar con nuestro interior, liberar energía negativa y reequilibrar la mente.
La terapia cognitivo-conductual para el insomnio puede ayudarnos con el insomnio. Conocida como TCC-I, puede ayudar si tiene dificultades para dormir bien y es la primera línea de tratamiento recomendada para los problemas crónicos de sueño. También puede frenar el mal comportamiento o la excesiva dependencia de alternativas farmacéuticas adictivas, especialmente si se complementa con cambios en el estilo de vida saludable.