Sé tu mejor versión

Hoy en día, el término “autocuidado” no sólo es inmensamente popular, sino también pertinente. El autocuidado no sólo es fundamental para la salud mental, sino también para el bienestar emocional. Facilita una salud óptima y fomenta la resiliencia y la concentración. Mediante el autocuidado, te mantienes motivado, te sientes revitalizado y evolucionas hacia el mejor “TÚ”.

Los que practican activamente el autocuidado desde una perspectiva física, emocional y mental progresan gradualmente desde la oscuridad hacia la autoiluminación. Están mejor situados para perseguir objetivos y apreciar los aspectos positivos de la vida.

But for this to happen, it is important that you do not view self-care only as a remedy to ward off sickness. Debes tratarlo como una herramienta en constante evolución que fortalece el CUERPO, LA MENTE Y EL ALMA.

Mente y Alma

El camino hacia el funcionamiento óptimo, es decir, ser lo mejor de uno mismo, no es tan fácil como parece. De hecho, requiere mucha perseverancia y trabajo duro. Y lo más importante, requiere que te fijes objetivos efectivos y los persigas sin descanso. Los objetivos le permiten darse cuenta de que no está “inmovilizado” y que, de hecho, avanza constante y firmemente hacia una vida mejor, enriquecida con salud, crecimiento y felicidad.

Perseguir objetivos por razones no concordantes, basadas en compulsiones internas o presiones del entorno, suele conducir a un sentimiento subyacente de fracaso. Esto, a su vez, tiene un impacto negativo en el sentido de sí mismo. Por eso, las personas con objetivos muy acordes con su persona suelen identificarse como personas en armonía con sus necesidades básicas, su identidad, su personalidad y sus talentos.

Los objetivos extrínsecos, como la riqueza, el poder, el estatus y la imagen, pueden proporcionar una gratificación instantánea y felicidad durante un corto periodo de tiempo. Sin embargo, a largo plazo, se ha comprobado que son insostenibles y menos gratificantes. Por el contrario, los objetivos intrínsecos, como la autoaceptación, la integración en una comunidad, la salud, el crecimiento personal, el sentimiento de conexión y la intimidad, se centran en resultados que se valoran intrínsecamente y mejoran el bienestar.

Las TRES ETAPAS del establecimiento de objetivos intrínsecos son:

  • AUTONOMÍA, es decir, la percepción de que tienes opciones y, por tanto, puedes determinar qué hacer a continuación;
  • COMPETENCIA, o la creencia en las propias capacidades y habilidades, y la necesidad de evolucionar continuamente adquiriendo conocimientos y nuevas habilidades;
  • La conexión con los demás y el sentido de pertenencia, junto con un alto nivel de motivación;

Cada vez que te plantees establecer objetivos, piensa en estas TRES ETAPAS, y transforma tus objetivos de extrínsecos a intrínsecos.